Esta noche tuve un sueño sin mi casa abandonar, esta noche pude salir y ver, de nuevo, mi Hogar. Otra vez fui afortunado y libre de poder entrar por la puerta de mi colegio y saludar a Norberto y Pilar. Seguí soñando por un pasillo y llegué a una gran sala donde había profesores que, con cara de amor, miraban. Escuché voces fuera de la sala y quise salir a mirar. Encontré montones de niños felices por poder jugar. Se les veía alegres y sonrientes, no podían parar de gritar. No fui capaz de reñirles, tenía ganas de llorar. Después de un rato mirando volví a ser feliz, recordando cuando cuidaba, pensando que eso era vivir. Seguí sin detenerme y crucé el patio de infantil. Me acerqué al de primaria, no lo pude resistir. Los niños se acercaron pidiéndome un balón y viendo sus dulces caritas se me rompió el corazón. Saltaban, jugaban, bricaban y arriba les miraba el Sol ¡No quiero salir de este sueño! aquí soy feliz, profesor. Lanzando tristes miradas fui al sagrado lugar donde pedí a nuestra Virgen que me miraba desde el altar. Le pedí que lo parara que parara la actual situación. Me miró como el que dice: "Yo tengo la solución". Me pareció verla asentir, que lo dejará en sus manos, que pronto seríamos libres para poder, al fin, abrazarnos. Con esperanza en el alma volví por una negra escalera y vi a los niños ya en clase felices con su maestra. Únicamente quedaba la ESO y ver a mis campeones que un día tuve en mis manos y ahora se han hecho mayores. Los vi, también, concentrados responsables y trabajando. Con luz de pasión en sus ojos y a una licenciada, escuchando. Pronto me alertó un fuerte ruido y no pude seguir soñando ya que la dura realidad, me estaba otra vez golpeando. Ya no estoy en mi cole estoy entrando en mi casa pero doy gracias a Dios, por la familia que me acompaña. La noche pronto llegará y no traerá oscuridad. Dejará libres mis alas para poder imaginar. Ya no hay ninguna pandemia ya no queda soledad. Salimos de nuevo a la calle a ver palomas volar. Quiero volver al colegio que me acompañe mi papá quiero que nunca ocurra lo que acabo de pasar. ¡Feliz día, familias! No os olvidéis de soñar. |